Una encuesta que se llevó a cabo en enero del 2012 encontró que una de cada ocho personas que tienen tatuajes opta por removérselos más tarde.
Las razones para querer removerse un tatuaje incluyen:
Algunos cirujanos dermatológicos te dirán que la remoción completa de tatuajes no es posible. Los tatuajes están destinados a ser permanentes y, por tanto, no son tan fáciles de eliminar por completo, dicho esto, hay varios métodos de remoción de tatuajes no deseados que han demostrado ser eficaces.
El éxito de la remoción de tatuajes y cualquier color que pueda haber quedado después de la remoción depende de varios factores tales como el tamaño y la ubicación del tatuaje, la capacidad del individuo para sanar, el tiempo que el tatuaje ha estado en ese lugar, la forma en que se aplicó y qué tan uniformemente se inyectó la tinta
Una de las formas más fáciles para deshacerse de un tatuaje es cubrirlo con otro tatuaje. Si bien este método puede eliminar completamente todos los rastros del tatuaje original, el trabajo de cobertura es a menudo más oscuro que el diseño original, por lo general es más grande que el tatuaje original y tiene que utilizarse tinta de color más oscuro para hacer la imagen original invisible.
En los casos en que el tatuaje a cubrir ya esté muy oscuro y con contornos fuertes, se requiere tratamiento con láser para desvanecer el tatuaje original a fin de que sea cubierto con éxito con la nueva obra de arte.
El método de remoción de tatuajes ha cambiado con los años. Hubo un tiempo en que un tatuaje era considerado como permanente, hoy en día existen varias maneras de quitar, o al menos parcialmente eliminar los tatuajes no deseados.
Antes de la llegada de los tratamientos con láser muchos intentaron el método de la dermoabrasión. Este método implica el uso de ácido TCA-ácido tricloacético que elimina la capa superior de la piel, permitiendo el acceso a la parte más profunda del tatuaje donde se encuentra la tinta. Después se utiliza sal, papel de lija, un cepillo de alambre o una rueda de diamante como un abrasivo para eliminar la tinta antes de que la piel sea reparada con cirugía. En los casos en que el tatuaje sea muy grande, a veces es necesario disponer de un injerto de piel para cubrir el área de donde se ha eliminado el tatuaje.
Normalmente la dermoabrasión se realiza en un entorno profesional médico por un dermatólogo o un cirujano plástico. Este método de remoción de tatuajes era muy popular antes de la llegada de los láseres. La dermoabrasión es un procedimiento invasivo que por lo general requiere el uso de un anestésico local. Dado que este procedimiento consiste en la remoción de la parte superior de la epidermis, así como de las capas más profundas de esta, y más abajo de la dermis reticular, este procedimiento siempre resulta en un sangrado. La dermoabrasión conlleva el riesgo de cicatrices, decoloración de la piel, infecciones y la reactivación del herpes facial (herpes labial).
En los tratamientos severos puede ocurrir el rociado de sangre que solo puede ser controlado por presión. Después del procedimiento, la piel puede lucir muy roja e irritada y puede tomar hasta diez días para que la piel sane. Así como para la remoción de tatuajes este procedimiento se utiliza para el acné y otras imperfecciones de la piel. La dermoabrasión no siempre elimina completamente todos los rastros del tatuaje y es más eficaz en pequeñas áreas fuera del tatuaje en las zonas más huesudas del cuerpo.
Las observaciones experimentales de los efectos de los láseres con pulsaciones cortas sobre un tatuaje fueron reportadas por primera vez a finales del 1960. En 1978 se utilizó uno de dióxido de carbono con éxito limitado, y se supo que causaba cicatrices. Un láser de argón fue utilizado en veintiocho pacientes en 1979 pero de nuevo, tuvo un éxito limitado.
A principios de los 80 Dermalase Limited en Glasgow lanzó el láser Q-switched. Los tatuajes consisten en miles de partículas de pigmento de tatuaje que se encuentran suspendidas en la piel. Mientras que la piel, a través de su proceso normal de curación, elimina las partículas extrañas de la piel, no es capaz de eliminar las partículas de tatuaje, ya que son demasiado grandes para este método natural. Los tratamientos con láser rompen estas partículas en trozos más pequeños y fragmentados que permite al cuerpo eliminarlos a través de métodos naturales.
Los diferentes pigmentos de tatuajes tienen diferentes espectros de absorción de luz. El láser utilizado en la remoción de tatuajes debe emitir suficiente energía para el espectro de absorción del pigmento en el tatuaje para proporcionar un tratamiento eficaz. Los amarillos, verdes y tintas fluorescentes son más difíciles de eliminar que los negros y azules debido a que su espectro de absorción está fuera del espectro de emisión del láser.
El término Q-switching se refiere a los pulsos cortos de alta energía del láser. El Q-switched Rubí, el Q-switched Alejandrita y el Q-switched ND Yag, el sistema más nuevo en la clase de los láseres y especialmente avanzado en la remoción de las tintas de color rojo, azul y negro.
La remoción de tatuajes con láser requiere varios tratamientos. Según el Instituto Nacional de Salud los más nuevos láseres Q-Switched se utilizan en combinación con un anestésico tópico y rara vez deja cicatrices en la piel, sin embargo las zonas delgadas de la piel son más propensas a las cicatrices que las capas más gruesas. Los láseres desarrollados después del 2006 son capaces de eliminar una amplia gama de pigmentos del tatuaje que las versiones anteriores de los láseres Q.
Para aliviar el dolor durante la remoción con láser se utiliza en el enfriamiento de la zona a tratar con un enfriador/congelador de grado medio y un anestésico tópico. Durante el tratamiento un rayo láser pasa inofensivamente a través de la piel y se dirige únicamente a la tinta en estado líquido dentro de la piel. Se pueden ver algunos resultados inmediatos, sin embargo, es más habitual que el tatuaje se desvanezca gradualmente durante un periodo de sanación de siete a ocho semanas entre tratamientos.
Los tratamientos con láser son más exitosos en tatuajes más pequeños y más viejos, ya que la tinta es más fácil de partir. Los pacientes deben someterse de cinco a doce sesiones de tratamiento con al menos un período de un mes de espera entre tratamientos. Todo el proceso tarda normalmente entre seis meses a un año.
El procedimiento con láser puede ser un proceso doloroso, a menudo la sensación se ha descrito como el ser salpicado en varias ocasiones con la grasa del tocino caliente o ser sondeado con una banda elástica. Después de cada tratamiento, la piel puede lucir como una quemadura que está sanando. Los pacientes deben tratar la zona afectada después del tratamiento como si fuera una quemadura y aplicar cremas antibióticas y mantener el área cubierta. Es de vital importancia mantener el área tratada lejos del sol, ya sea que esté cubierta o con el uso de protector solar. También es muy importante no quitar ninguna de las costras causadas por el tratamiento, ya que esto dará lugar a cicatrices. También este tratamiento puede resultar en erupciones pruriginosas.
Una cosa que debes considerar antes de decidir removerte un tatuaje es que eliminarlo va a costar mucho más de lo que te costó ponértelo. El procedimiento puede costar desde algunos cientos de dólares a varios miles, dependiendo del tamaño y la ubicación del tatuaje, y el número de visitas necesarias.
Generalmente tu seguro médico no pagará por la remoción de tatuajes, ya que se consideran de naturaleza estética o cosmética. Sin embargo los tatuajes traumáticos, que resultan de accidentes o lesiones son un asunto diferente.
Hay varias cremas de remoción de tatuajes disponibles en el mercado, pero no hay evidencia de que alguna de ellas realmente funcione. En el mejor de los casos la crema puede aclarar o desvanecer un tatuaje, sin embargo, seguirá siendo visible y con este método pueden aparecer irritaciones de la piel y otras reacciones.
Después de una remoción con láser pueden aparecer ampollas grandes y dolorosas. Estas deben ser tratadas de la misma manera que lo harías con una quemadura.
Las queloides son cicatrices grandes e irregulares que son un efecto secundario típico del tratamiento con láser. Algunas personas tienen una predisposición genética a este tipo de cicatrices. En los casos graves se pueden inyectar esteroides en la cicatriz para aplanarlas, también la radioterapia superficial puede ser eficaz.
Los tatuajes de buena calidad pueden ser muy difíciles de eliminar y a veces es imposible eliminarlos por completo. Sin embargo la terapia con láser desvanecerá el tatuaje por lo que quedará menos notorio, si es que no se puede eliminar por completo.
Es bastante habitual experimentar manchas blancas en la piel de donde se ha eliminado un tatuaje. Mientras que éstas generalmente se curan con el tiempo, algunas áreas permanecerán blancas de forma permanente.
Otro efecto secundario muy común, además de las marcas blancas y desvanecimiento de tatuajes, en lugar de una remoción es la decoloración de la piel. En estos casos, el láser que actúa sobre el color de la tinta, actúa en la melanina de la piel, decolorando la zona tratada.
Además de la remoción por láser también existe un procedimiento que utiliza un disolvente ácido para las tintas, pero también implica el riesgo de desarrollar infecciones y formación de costras.