El tatuaje de la tinta blanca es una mezcla entre un tatuaje y la escarificación tradicional. Se hacen como otros tatuajes, pero la diferencia está en el tipo de tipo de tinta que se utiliza: como el blanco tiende a desaparecer con mayor rapidez, debe ser más cuerpo y ensayado varias veces para conseguir un buen resultado. Una vez curada, podrás ver una pequeña cicatriz (que sabemos de su presencia por el tacto que a la vista).
Los tatuajes de tinta blanca tienen propiedades que difieren dependiendo del tipo de piel, por esto los resultados no siempre están garantizados. Ellos también son muy sensibles a la luz solar y, si no se protege con cuidado, puede adquirir un color amarillento desagradable.